Lápida
Tiempos duros corrían y, aunque lo que hacía se consideraba deleznable, prefería la supervivencia de su familia a la opinión del resto. Además, los muertos eran muertos y ya no les afectaba nada, por mucho que el refranero dijera que no había que molestarlos.
Así pensaba a la vez que observaba la lápida maltrecha que sobresalía del suelo. Dado su estado, nadie hubiera dicho que pertenecía a una ricachona, pues se veía abandonada, sucia y con los efectos del paso del tiempo muy acusados en la piedra, alejada de todas las demás y sin nadie que fuera a visitarla.
Sin embargo, se había informado bien sobre quién descansaba allí, ya que, a pesar de que se dedicaba a profanar tumbas para hacerse con los tesoros de los muertos, no le gustaba hacerlo de manera indiscriminada. Solo a los ricos y, en teoría, allí yacía una mujer tan usurera en vida que no dejó en herencia nada a su familia y se llevó todo con ella al hoyo. Así que, sin pensárselo más, procedió a realizar el trabajo que llevaba a cabo cada cierto tiempo para pagar la hipoteca y evitar el desahucio.
En efecto, cuando vio relucir los anillos y los colgantes en el cadáver bajo la luna, apretó triunfal los puños. Con esas joyas no tendría que preocuparse, por lo menos, durante un año. Después de arrancarlas del cuerpo, volvió a dejar todo como estaba y se marchó.
.
Dos noches después, de madrugada, despertó al notar que su mujer tardaba demasiado en volver a la cama. Conforme fue despejándose, el sonido de unos pasos arrastrándose lo alertaron. Parecía como si a quien caminara le pesara la vida. Con cuidado, abrió la puerta de la habitación y se acercó a las escaleras. Su corazón no pudo soportar la imagen de una figura huesuda que arrastraba por el cabello a su mujer y a sus hijas, con el cuello desgarrado y sin algunos dedos, mientras que, con desesperación, rebuscaba y rebuscaba por toda la casa.
©2021, Verónica Monroy
Mi instagram.
La imagen utilizada para ilustrar este relato pertenece a su respectivo autor y se ha utilizado sin ninguna modificación ni con fines comerciales.
Si te ha gustado, no dudes en darle like, comentar o compartirlo. ¡Gracias por leer!
Mis Obras