Búho
Bianca y Cintia eran dos hermanas muy revoltosas, con una imaginación desbordante. Siempre que visitaban la casa de campo de sus abuelos les encantaba inventarse historias de monstruos que pudieran habitar esas tierras. Les encantaba asustarse mutuamente y, como desde esa casona se podía ver el pueblo a pocos kilómetros, alguna vez habían planeado escaparse de noche y caminar hasta allí en una gran aventura. Aunque, por supuesto, nunca se atrevían.
A su alocada imaginación, había que añadirle los cuentos y las historietas de su abuela, que a ellas les fascinaban, pero a su madre no tanto. Su yaya, como así la llamaban, no dudaba en advertirles de seres peligrosos que debían evitar.
—Cuando vayamos al pueblo —decía—, no miréis a la bruja tuerta. ¡Ni os acerquéis si la veis! Corren rumores de que fríe los torreznos que vende con grasa de niños.
—¡Mamá! ¡No les cuentes esas cosas a las niñas!
—¡Pero si es verdad!
Y así, una y otra vez, se repetía la misma discusión.
Una noche en la que no podían dormir, mientras Bianca intentaba inventarse alguna historia nueva, se percató de la presencia de un búho grisáceo con un ojo completamente blanco posado en un árbol cercano. Maravillada, avisó a su hermana y, como eran tan revoltosas, esa vez se atrevieron a salir para verlo más de cerca. Total, se encontraba en el terreno de sus abuelos.
El búho se quedó un rato mirándolas y, cuando menos lo esperaron, alzó el vuelo. Sentían tanta curiosidad que lo siguieron y siguieron y siguieron, hasta adentrarse en el pueblo sin querer. Cuando se percataron de dónde se encontraban, se asustaron, pues las calles estaban vacías, vagamente iluminadas por las farolas, y se encontraban en un callejón frente a una puerta vieja de madera. De pronto, ambas niñas fueron silenciadas por dos manos que parecían garras y que se cerraron sobre sus bocas. Al alzar la mirada, presas por tan terrible abrazo que las arrastraba hacia la vivienda, vieron la fea cara de una anciana con un ojo blanco como el de aquel misterioso búho.
©2021, Verónica Monroy
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